Sagrada Familia 2023


Si 3, 3-7.14-17

Sal 27

Col 3, 12-21

Lc 2, 22-40

 

          Hemos escuchado en el Evangelio como María y José llevan a Jesús al Templo para cumplir lo que está escrito en la Ley del Señor. Hasta 3 veces lo repite el Evangelista. La Palabra de Dios se hace carne para cumplir y darnos cumplida esta Torá, este camino de la Vida que, llevándonos a amar a Dios y al Prójimo, realiza en nosotros la vocación para la que hemos sido creados: para ser Imagen de Dios. 

 

            Jesús lleva a plenitud la Imagen de este Dios que es Persona en Comunión, Personas en comunidad. Si Dios afirma que “No es bueno que el hombre esté sólo” es porque para lograr la plenitud de la Imagen el hombre necesita la Comunidad.

 

            Jesús, como cualquier niño que nace, es un ser indefenso y totalmente necesitado. Así lo ha querido Dios. Para que ese niño crezca hasta ser plenamente hombre, plenamente Imagen, Dios ha pensado en un seno, donde alimentándose de amor gratuito el niño crezca hasta su madurez. Donde el niño aprenda el amor gratuito aprendiendo a mar a Dios y al prójimo. Dios ha pensado en la familia.

      

            San Pablo VI en su viaje a Tierra Santa da un Nazaret una preciosa catequesis hablando de la familia como una escuela de amor, de amor gratuito.  En la familia se dan todos los tipos de amor humano, pero como revelación del amor de Dios, como distintos modos de un mismo amor gratuito. Ello es posible si Dios está en el centro, en medio de la familia 

-       Amor Esponsal: La Familia está basada en el amor entre los Esposos. Donde desde un tremendo respeto a la persona del otro y de la obra que hace el Señor con el otro, se aprende a morir al yo para nacer en un nosotros, un una unidad de vida y de misión de dar y cuidar la vida.

-       Amor Paternal: Como el que aparece en el Evangelio. Desde una consciencia de que los hijos no son tuyos, no te pertenecen; son un regalo de Dios y para Dios, se saben sacramento e instrumento del amor paterno y materno de Dios: cuidándolos, educándolos, corrigiéndolos, pero, al final, dejándolos en libertad, sin perder nunca la esperanza. 

-       Amor Filial: Como nos recordaba la 1ª lectura. Amor lleno de “piedad”: palabra que recoge el agradecimiento por todo lo recibido y la voluntad de corresponder con amor al amor.

-       Amor Fraternal: para aprender a abrir-se a una fraternidad con todos y cada uno de los hombres, con la humanidad.

 

Una escuela maravillosa, atacada hoy desde muchos lados (como hemos visto en la catequesis de Mario), y tocada también por la realidad del pecado.  Muchas veces las familias concretas, reales, están lejos de ser esta escuela de amor gratuito. Pero como ocurre con otras instituciones humanas (la medicina, la política, la educación), la presencia del pecado (malos médicos, políticos corruptos, mala educación) no obsta para que la institución sea buena y necesaria.

 

Además, la familia es sólo un elemento de algo más completo y primordial, una Imagen más perfecta del Dios Trinitario: la Iglesia, la comunidad cristiana. Un seno donde completar las deficiencias y sanar las heridas recibidas en una familia no siempre como Dios la quiere. Una familia donde ser reengendrados y donde crecer como Hijos de Dios.

Vivamos con alegría lo que cantaba el Salmo. Como brotes de olivo, alrededor de tu mesa.

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