MISA DE EXEQUIAS POR NUESTRO HERMANO PERE GIL


1 Jn 3,1-2

Mt 11, 25-30.

 

               Queridos hermanos la fe que ilumina nuestra historia nos invita a celebrar eucaristía por la vida y por la muerte de nuestro hermano Pere. Cada vida, cada persona, es un regalo del Dios que ama la vida. Y la vida y la muerte de Pere, desde la fe, desde la sabiduría de la Cruz, ha sido un regalo y una Palabra de amor de Dios para su esposa, para su familia, para su comunidad, para todos los que hemos conocido y hemos sido testigos de la obra del Señor en él. 

 

                  Como nos recordaba la primera lectura, Pere, ha acogido la Palabra que nos hace Hijos de Dios. Y así ha conocido, gracias a Cristo y al Espíritu, el amor del Padre, un amor gratuito que es más fuerte que la muerte, y ha iniciado el camino que le llevaba a la Resurrección, a la transfiguración. Ahora Pere, contemplando a Dios tal como es, recibirá es plenitud de la Imagen. Esta certeza no se apoya en nuestras obras, ni en nuestros méritos, sino en el testimonio de la esperanza que el Espíritu ha derramado en nuestros corazones y que nos da la certeza de que “Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor”

 

En desvetllar, perquè el  nostre germà Pere s’ ha adormit en el Senyor. Ho hem vist física i espiritualment i, per això, Pere podria dir com Simeó a l’evangeli (Lc 2, 29-30): “Ara, Senyor, segons la vostra promesa podeu deixar que el vostre servent se’n vagi en Pau, perquè els meus ulls han contemplat la Salvació”. Perquè sabem que la nostra vida té un sentit: preparar-nos per a la Vida Eterna. Y, com diu l’evangelista Joan: “Això és la vida eterna, que us coneguin a vós, únic Déu veritable, i el qui heu enviat, Jesús, el Messies” (Jn 17, 3). Pere, com a do, ha conegut al Déu veritable i al seu enviat, Jesús.

 

La mort del Pere fa palès que no és veritat que cada persona estigui condemnada a morir sola. La mort del Pere ha donat el signe que des de l’inici  donaven els Cristians: mireu com s’estimen i mireu com moren. Als diferents hospitals on Pere ha viscut la seva malaltia, ha estat un signe la presencia de tots els qui heu anat a visitar-lo, de la vostra estimació i de la vostra fe.

 

Es verdad, a nivel material, que a la otra orilla, no nos llevamos nada. Pero, sabemos que Pere no se presenta al Padre con las manos vacías, sino llenas de todo el amor que ha dado y el que ha recibido. Vuestra presencia aquí es la prueba de ese amor.

 

Y ahora expresamos ese amor acompañando hoy a Pere en su Pascua. Y así lo presentamos a la Iglesia del Cielo y abogamos por él, testimoniando que Pere merece ser recibido por los brazos amorosos del Padre y ser conducido a la Asamblea de los Santos.

 

Los que nos quedamos aquí le encontraremos a faltar. Pero, acogemos el Evangelio que hemos proclamado, con la certeza de que el Dios que ha sido fiel con Pere, lo será también con nosotros, que todavía peregrinamos y combatimos, y nos revelará al Padre cuando nos vea pobres, nos consolará con su corazón manso y humilde cuando nos vea cansados y agobiados, y acabará en nosotros la obra que ha iniciado.

 

Vivamos pues esta celebración. Una liturgia que da testimonio a nuestro Espíritu que la muerte ha sido absorbida en la victoria de Cristo.

Comentarios

  1. Gracias padre juan por la homilía.ha sido una pascua y un regalo el tener a Pere y a toda la familia en nuestra parroquia.gracias pere

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