26 domingo Tiempo Ordinario Ciclo C



Am 6, 1a.4-7
Sal 145
1 Tm 6, 11-16
Lc 16, 19-31
 
            ¿Qué querrá decirnos el Señor con esta Palabra de hoy? ¿Quiere asustarnos con la amenaza del infierno si no hacemos el bien? ¿Quiere que cumplamos la Ley por miedo? ¿Y aquello de “No hemos recibido en espíritu de siervos para recaer en el temor” (Rm 8, 15)?
 
            La parábola parece muy clara, pero hay que recordad lo que la misma Palabra de Dios nos dice: “la letra mata, el Espíritu da la vida” (2 C 3, 6). Por eso la misma parábola nos presenta una serie de contradicciones que nos invitan a buscar su sentido espiritual más allá de la letra.
            1.- Es verdad que el rico tiene el corazón duro y no hace el bien, pero tampoco el pobre es que haga nada bueno, su único mérito es ser pobre.
                2.- Si pensamos un momento… ¿no es una injusticia castigar algo que es malo ciertamente pero temporal, con un castigo eterno?
                    3.- Abraham sigue llamando "Hijo" al rico, pese a estar en el Infierno, como el Padre de la Parábola del hijo pródigo llama "Hijo" al fariseo hermano mayor.
            4.- El problema del rico es que sólo piensa en él, que no se convierte; pero ahora se arrepiente, pide misericordia y se preocupa por sus hermanos… ¿y aun así Dios no le perdona?
 
            El final del Evangelio nos da la clave para conocer lo que Dios nos comunica en esta Palabra: “Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto”.  La Palabra de Dios, que es amor de Dios viene a iluminarnos y a salvar nuestras vidas, es siempre una llamada a la conversión, a dejar el pecado, las tinieblas, el engaño, y a acoger la gracia, la luz, la verdad, la vida que se nos ofrece.

           a.- Hoy la Palabra nos invita, en primer lugar, a salir del mundo, del pecado de la mundanidad. El máximo valor hoy día parece ser el pasárselo bien, el divertirse, el tenerlo todo y disfrutarlo todo, como esos necios de la 1ª lectura: lujo, comida, bebida, cosmética, música, baile… La mundanidad es una alienación, es una droga que siempre pide más. Quizás a nosotros el Señor ya nos ha vacunado… Pero… ¿y a nuestros hijos? Hacer caso al “papá me aburro” y el “esto no me gusta”, es ayudar a crear una generación de pensamiento y voluntad débiles, caprichosa, los ninis.

            b.- La Palabra nos invita hoy a fiarnos del Señor que, en Moisés, nos muestra el camino de la Vida, la verdadera realización y felicidad, en el amor a Dios y al prójimo y hacer caso a los Profetas que nos dicen que esto no podemos hacerlo por cuenta nuestra, que necesitamos un corazón de carne y un Espíritu nuevo y a pedirlo al Señor.

        c.- Y todo ello sin tentar al Señor, sin pedirle signos, ni pruebas ni milagros como que resucite un muerto para aceptar que, en Cristo, cumplimiento de Moisés y de los Profetas, se halla la verdad.

            La 2ª lectura nos recordaba que el Señor está haciendo una historia de Salvación en nosotros para que podamos amar a los hombres de la mejor manera posible: dando testimonio de Cristo, dando testimonio del amor gratuito de Dios que viene a rescatar a los hombres de sus infiernos.

Comentarios

  1. Me alegro muchísimo de esta Palabra. Ayer me tocó el corazón en la Eucaristía y hoy me ha acompañado en un dia compartido con mi comunidad. Poder ver las pobrezas que me acompañan en la vida y las mías propias, sin escandalizarse y dar gracias por ellas es lo que me hace pequeña y en la pequeñez encontrarme con la grandeza de Cristo.

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