Santa María del Pilar 2025
1 Cro 15, 3-4, 15-16; 16, 1-2
Sal 26
Act 1, 12-14
Lc 11, 27-28
Hoy la solemnidad de la Virgen del Pilar pasa por encima de la celebración del domingo 28 del tiempo ordinario. ¿Por qué? La Virgen del Pilar no es la patrona de España, pues lo es la Inmaculada Concepción. Cierto que la Virgen del Pilar es la Patrona de la Hispanidad pues el 12 de Octubre es cuando Colón llegó a América y se inició la relación con los pueblos de allí. Pero… ¿no sería más bien, por tanto, una fiesta civil? Y, aun así, ¿qué sentido tendría en un momento en que desde los países de América se critica tanto la colonización española?.
Si es una fiesta grande lo es porque es una ocasión para recordar y agradecer el lugar de María en la evangelización.Es una invitación a agradecer a María que el Evangelio y la fe, con su ayuda, llegase a nuestras tierras y, a través de la nuestra Iglesia, llegasen a los pueblos de América creando una auténtica fraternidad, no tanto a un nivel político-social que entra en crisis con la crisis de la Cristiandad, sino entre la Iglesia que peregrina en España y las Iglesias que peregrinan en América.
La liturgia de hoy viene a recordarnos la presencia de María no sólo en la Evangelización de España y de América, sino en toda la evangelización.
- Una presencia orante: como veíamos en la lectura de los Actos.
- Una presencia alentadora, animadora: como recoge la tradición de su aparición en Zaragoza al apóstol Santiago, cuando éste estaba a punto de tirar la toalla, ante la nula acogida del Evangelio.
- Una presencia portadora de Cristo: Como nos recordaba la primera lectura; una presencia que porta la Alianza en el amor gratuito de Dios, una presencia que viene a traer la luz, la alegría, la fiesta.
- Una presencia que, como Pilar, como Columna: que proclama la Fidelidad y la Providencia de un Dios que es Amor, un Amor que no falla.
- Una presencia que viene a encarnarse en cada rincón del mundo: que viene a construir una morada, un templo vivo donde pueda habitar la Shekiná de Dios.
- Una presencia que tiene un rostro maternal personal para sus hijos: y así la Virgen del Pilar se convierte en la Virgen de Guadalupe, la Virgen de la Caridad del Cobre, la Bien Aparecida, la Virgen de Luján…
Esta festividad es una ocasión, como nos recuerda el Evangelio, para contemplar la obra que Dios hizo en María y que quiere hacer en nosotros. Nos invita a acoger la Palabra que tiene el poder de hacernos Hijos y nos introduce en la familia de Jesús, la familia de Dios. Demos, pues, gracias, celebremos eucaristía, hagamos fiesta por la presencia del Arca de la Alianza entre nosotros.
Gracias esta homilía me ayuda mucho en este día y gracias a la iglesia por acogerme como hija suya
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